El descubrimiento científico de 2011, elegido por la revista 'Science', no parece, a simple vista, tan espectacular como otras veces. No se trata de una nueva molécula clave para el cáncer o de la identificación de un tipo de vida desconocida hasta el momento. Lo más importante para la ciencia este año es el tratamiento antisida, un conjunto de fármacos ya conocidos que, por primera vez, se han revelado como la estrategia más eficaz para prevenir la transmisión del VIH.
Porque averiguar que esta terapia reduce hasta un 96% las posibilidades de infectar a otra persona "cambia completamente las reglas del juego" y por los enormes impactos que tendrá en la salud y en las políticas sanitarias, 'Science' ha decidido conceder al estudio HPTN 052, que reveló todos estos datos sobre el tratamiento, el título de 'Descubrimiento del Año'.
El trabajo, que se publicó en agosto en la revista 'New England Journal of Medicine', puso fin a un debate que llevaba mucho tiempo enfrentando a los investigadores. Algunos sospechaban que esta medicación podía tener un doble beneficio y, además de controlar al virus en los pacientes infectados, reducía las posibilidades de transmitir el VIH a otros, mientras que un grupo numeroso de escépticos argumentaba que el último extremo nunca había sido probado y, por tanto, era "atrevido y peligroso" recomendarlo como estrategia de prevención.
La idea era darles a la mitad los fármacos antisida nada más comenzar el estudio y a la otra mitad dárselo cuando lo necesitaran por fuerza, cuando sus defensas bajasen hasta el límite considerado como definitorio de sida. Pretendían comparar a ambos grupos hasta 2015, pero cuatro años antes los resultados ya eran tan espectaculares y el papel de los fármacos como arma preventiva tan claro que suspendieron la investigación para darles a todos la terapia y hacer público el hallazgo.
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