Parte de los genes de los actuales habitantes del norte de Europa proceden de la mezcla de dos comunidades muy diferentes que vivieron en el continente hace cinco milenios: los cazadores y recolectores primitivos y los agricultores que viajaron desde el sur hasta colonizar los territorios del norte. Así lo ha revelado el estudio del ADN de restos de ambas poblaciones, que se publica esta semana en 'Science'.
La transición hacia una sociedad agrícola de la Humanidad se inició en Oriente Próximo hace unos 11.000 años y tardó otros 5.000 años en llegar a Europa. Estos pioneros agrícolas fueron subiendo desde el sureste hacia el norte, llegando hasta Escandinavia.

Hasta ahora, los científicos no habían logrado una respuesta clara a la pregunta de cómo se introdujo la agricultura en Europa, si fue introducida por grupos de nómadas o si se fue extendiendo lentamente. "Nuestro éxito se debe a que accedimos a muy buen material genético, a modernos métodos técnicos y a la experiencia", afirma Götherström.
Los investigadores secuenciaron 250 millones de pares de base de ADN a partir de cuatro esqueletos de seres humanos que vivieron en Suecia hace 5.000 años. "Unos pertenecieron a cazadores/recolectores y otros a agricultores, que vivían a menos de 400 kilómetros de distancia. Después comparamos sus datos con poblaciones modernas y encontramos que los finlandeses son más similares a los cazadores/recolectores y los granjeros a los pueblos mediterráneos", apunta Skoglund.
Conseguir ADN antiguo que no estuviera contaminado con ADN moderno requirió, apuntan, de la tecnología más puntera. El agricultor había sido enterrado debajo de un megalito y se conservaba en buenas condiciones.
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