Los elefantes del Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique, tienen una rareza fisonómica que los hace especiales en África. En este parque se ha observado una creciente población de paquidermos que carece de colmillos o los tiene excesivamente cortos. ¿La razón? "Los veterinarios dicen que el estrés ha acabado con sus colmillos", responde el director del centro, Mateos Mutemba.
La historia comienza años atrás, en los tiempos en los que este antiguo edén de vida animal se convirtió en un sangriento campo de batalla donde las principales víctimas fueron los animales. La masacre ocurrida, en la que la población de elefantes pasó de 2.200 ejemplares a algo más de 70, ha dejado huella en la memoria de unos animales que aprendieron que portar marfil era sinónimo de muerte.
En el año 1974, antes de la independencia de la hasta entonces colonia portuguesa, este parque mozambiqueño tenía la mayor densidad de animales de todos los parques africanos. Tras la independencia, en 1977, el país vivió hasta 1992 un conflicto interno entre las huestes de Frelimo y Renamo que desembocó en una guerra sangrienta que asoló especialmente las zonas rurales y las reservas de animales.
En Gorongosa el conflicto fue especialmente cruento y las guerrillas encontraron en el marfil de los colmillos de los elefantes una forma de pagar sus gastos armamentísticos.
Ahora, 20 años después del final del conflicto, los científicos han observado una rareza de difícil explicación: "Los elefantes de este parque no desarrollan sus colmillos con normalidad. La razón puede ser su memoria, el recuerdo de que su marfil era la causa de que fueran cazados de forma indiscriminada", explican en el Parque.
Esta es la teoría más extendida, aunque el director científico del parque comparte sólo el diagnóstico de la causa pero alarga la fecha de comienzo del cambio genético. "Gorongosa estaba en medio de la tradicional ruta de tráfico de marfil desde Zimbabue. Es poco probable que en una sola generación se pueda modificar un comportamiento genético. Probablemente, la caza que se ha hecho aquí de estos animales en los dos últimos siglos sea la causante de este comportamiento", explica.
Otros científicos, como avala el reciente documental que de este parque acaba de realizar 'National Geographic', sí fijan en los últimos 20 años esa modificación física. "Es evidente que el cambio se ha producido en las últimas dos décadas", explica el documental. Opinión compartida por la mayor parte de los trabajadores del parque.
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