
Durante 2011, ocho mujeres danesas llevaron este microchip implantado bajo la piel, a la altura de cintura. El dispositivo, que se controla de forma remota, está formado por celdas en las que los fabricantes habían metido dosis de teriparatida, un fármaco para tratar la osteoporosis que se debe inyectar cada día. En concreto, había un microchip con 20 celdas, cinco con 19 y uno con 17. "Los medicamentos están en distintos huecos. Cada uno de estos huecos está cubierto por una capa nano-fina de oro que protege al fármaco durante años si es necesario y evita que sea liberado", explica Robert Langer, Catedrático en el MIT y uno de los firmantes del estudio publicado en 'Science Translational Medicine'. En total, "había 132 dosis del fármaco y todas ellas se liberaron con éxito durante el ensayo", señala Robert Farra, Presidente de MicroCHIPS y responsable del trabajo.
Durante los 12 meses que las participantes llevaron el chip, los investigadores liberaron con éxito todas las dosis, no hubo problemas de seguridad en ningún caso y los efectos del fármaco fueron buenos, según los análisis farmacológicos y de los marcadores de formación de hueso, aunque éste no era un objetivo principal del estudio.
"El implante tuvo una eficacia terapéutica similar a la de las inyecciones subcutáneas y, de hecho, la variación de las dosis fue menor", subraya Farra. "El dispositivo fue bien tolerado por las pacientes, que no notaban que lo llevaban, y estaban dispuestas a ponérselo de nuevo", añade el investigador.
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