Todo esta listo en el Kennedy Space Center, en Cabo Cañaveral, para el comienzo de misión MSL (Mars Science Laboratory), un laboratorio científico que irá ensamblado en el vehículo 'Mars Curiosity' y que la NASA lanzará hoy a bordo de un cohete Atlas. Si ningún contratiempo lo impide, despegará a la 16.02 horas (hora peninsular española). Uno de sus principales objetivos será analizar si hubo vida en el pasado y si pueden existir aún las condiciones para ella.
Su destino es posarse cerca de una montaña de 6.000 metros en el cráter Gale, al sur del ecuador marciano, el 6 de agosto de 2012. 'Mars Curiosity', MSL en la nomenclatura que utiliza la NASA ('Mars Science Laboratory') apenas se da un aire a los pequeños y pizpiretos 'rovers' 'Spirit' y 'Opportunity', que desde enero de 2004 sorprendieron a todos, prolongando durante años sus misiones de exploración programadas para sólo 90 días. El primero dejó de comunicarse en marzo de 2010; el segundo, aún sigue activo, recorriendo Marte. 'Curiosity' es un vehículo mucho más grande, 10 veces mayor y cinco veces más pesado. "Del tamaño de un coche, de un mini", lo describen algunos documentos de la NASA. Y más alto que un hombre.
Su actividad no dependerá de la energía solar, como sus dos antecesores, cuyos paneles están ya muy cubiertos de polvo marciano, sino que lleva una pila nuclear.
Su vida operativa se estima en al menos 14 años, pero el primer objetivo de la misión es completar un año marciano de trabajo, 686 días terrestres.
Los científicos esperan ansiosos el trabajo de campo de un versátil laboratorio todoterreno 6x6, montado sobre seis poderosas ruedas para moverse con gran autonomía como un conquistador de Marte.
'Curiosity' lleva una batería de cámaras de navegación dotadas de objetivos gran angular, con un completo campo de visión. Además lleva cámaras ojo de pez que enfocan específicamente al suelo, por delante y por detrás del rover. Le servirán para controlar los accidentes del terreno, planificar el acercamiento a rocas y dirigir el posicionamiento y actuación del brazo robótico articulado, que alcanza hasta 1,9 metros para recoger piedras y muestras del suelo, para analizarlas.
El vehículo lleva un mástil de 2,2 metros, con cámaras articuladas de alta resolución que le dan visión detallada a distancia, y un láser, cuyo rayo proyectado contra una piedra permitirá leer la composición de sus elementos convertidos en plasma.
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