Sin necesidad de pisar el terreno con la piqueta, sino con un instrumento a más de 680 kilómetros de altitud sobre la Tierra, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard ha logrado identificar más de 14.000 asentamientos humanos prehistóricos en la región del noreste de Siria, donde hace miles de años se situó la civilización mesopotámica.
Los investigadores, Bjoern H. Menze y Jason A. Ur, han utilizado un radiómetro llamado ASTER, que está instalado en el satélite Terra de la NASA, lanzado en 1999 al espacio. Gracias a la gran resolución captada por sus imágenes (de 15 metros), Ur y Menze han conseguido identificar un total de 14.312 asentamientos humanos montados durante los últimos 8.000 años.
Para ello, han determinado las características que debían presentar los suelos que han sufrido actividad humana, así como la huella de infraestructuras del pasado en un área de 23.000 kilómetros cuadrados al norte de Siria, pero sin necesitar de visitar un país que en estos momentos sufre una cruenta represión hacia la población de sus dirigentes.
Sin embargo, fue en esa tierra, el llamado Creciente Fértil, donde hace miles de años los primeros seres humanos comenzaron a asentarse y a dedicarse a la agricultura y a la ganadería para alimentar a una población en aumento. Hoy, de aquel pasado remoto, quedan las pequeñas colinas (tell, en árabe) que fueron sus campamentos de adobe y cierta decoloración en la superficie terrestre producida por los cultivos, que ha captado ASTER desde más allá de la atmósfera.
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