El genoma de Ötzi, el “hombre del hielo” que falleció hace 5.200 años y cuya momia glaciar fue descubierta en los Alpes italianos en 1991, acaba de ser secuenciado. Los investigadores han reconstruido su aspecto y han diagnosticado qué problemas de salud padecía.
El análisis del genoma de esta momia, que en el momento de la muerte contaba con 45 años, ha desvelado que Ötzi medía 1,60 metros y pesaba unos 50 kilos, así como que su grupo sanguíneo era 0, que tenía los ojos marrones y el cabello castaño, y que sufría de intolerancia a la lactosa. Los genes de Ötzi indican que sus ancestros migraron de Oriente Medio y su carga genética guarda similitud con la de habitantes de islas como Córcega y Cerdeña .
Por otra parte, la momia evidencia no sólo una predisposición genética a padecer enfermedades cardíacas sino también síntomas de haberla sufrido en forma de arteriosclerosis -endurecimiento de las arterias-. El dato es interesante teniendo en cuenta que, hace cinco mil años, Ötzi no estaba expuesto a los factores de riesgo que padece la sociedad actual. Además, tampoco era obeso y no tenía una vida sedentaria. “Usaremos los datos de Ötzi para averiguar cómo se desarrollaron en origen las enfermedades cardiovasculares humanas”, ha anunciado el antropólogo Albert Zink, coautor del estudio que publica Nature Communications.
Los científicos también han identificado restos de bacterias del género Borrelia, lo que supone la evidencia más antigua de la enfermedad de Lime o borreliosis, una infección transmitida por garrapatas de patas negras.
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