Los coyotes de la Edad del Hielo eran mucho más grandes que los actuales, más similares a los lobos. Es la conclusión a la que han llegado Julie Meachen, del Centro Nacional de Síntesis de Evolución en Durham, Carolina del Norte (EE.UU.), y sus colegas tras estudiar esqueletos de estos cánidos con edades que van de 38.000 años de antigüedad hasta los ejemplares más modernos.
Los investigadores sospechan que sus cuerpos encogieron tras las vastas extinciones de fauna al final del pleistoceno, hace entre 11.500 y 10.000 años atrás, según un artículo que publica hoy Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Así pasaron de pesar hasta 25 kilógramos a rondar los 10-18 kilos como máximo. El aumento de las temperaturas, que ascendieron 6º C de media en el planeta en un plazo de 5.000 años, pudo ser una de las causas si tenemos en cuenta que, cuando las temperaturas ascienden, los animales grandes lo pasan peor que los pequeños.
Sin embargo, dado que este fenómeno no afectó a otros carnívoros de la Edad del Hielo, los autores sugieren otra hipótesis más plausible: que los coyotes del pleistoceno eran "más grandes y robustos en respuesta a la presencia de competidores más grandes y de presas también de gran tamaño". Tras las extinciones, desaparecieron las grandes presas, así como algunos lobos gigantes, y los coyotes no necesitaban un gran cuerpo para poder competir. Como los individuos más pequeños necesitaban consumir menos cantidad de alimento, en el nuevo "escenario" la reducción del tamaño corporal supuso una importante ventaja.
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