Cada vez toma más fuerza la hipótesis de que la vida en la Tierra no es un fenómeno único en el Universo. Pero existe también la posibilidad de que después de desarrollarse en este planeta, quizás procedente del exterior, haya viajado también a otros lugares, como el cercano Marte. Esta es la teoría que plantea Ken Nealson, director del Centro para la Detección de la Vida de la NASA que ha visitado esta semana Madrid.
Nealson, que es también catedrático de Geología en la Universidad de California, señala a ELMUNDO.es que "igual que a la Tierra llegan como meteoritos fragmentos de Marte, entre 20 y 30 kilos de tierra marciana al año, hay material terrestre que puede haber llegado hasta allí llevando materia orgánica con vida".
De momento, ninguna misión ha encontrado nada, pero también es verdad que hasta ahora sólo han viajado hasta su superficie cinco roverteledirigidos, que han podido recorrer un área muy reducida. Según este experto, el hecho de que no haya tectónica de placas, como en la Tierra, ni agua en movimiento hace más fácil encontrar los rastros de esos posibles impactos. "Es posible que allí haya rastros de vida, y que llegaran desde el nuestro", asegura, en lo que es una vuelta de tuerca a la ya conocida teoría de la panspermia: las bacterias están diseminadas por el Universo y llegaron hasta la Tierra a bordo de meteoritos.
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